Soy
ingeniero en Electrónica, estoy agradecido con mis padres por
haberme dado la libertad de escoger ésta carrera, aun sabiendo ellos
que implicaba cambiar mi lugar de residencia para estudiar lo que yo
quería. Me siento contento de haber elegido correctamente, ya que en
la actualidad la electrónica tiene que ver en diversos campos. Un
ejemplo claro es la agricultura protegida, o agricultura por
invernaderos en donde el cultivo por hidroponía hace posible tener
una mayor producción en menos espacio. En donde la electrónica de
control juega un papel muy importante.
Soy una persona
introvertida que poco a poco e ido superando el temor a hablar en
público hasta llegar al punto de poder dirigir un evento. Mi primera
experiencia como profesor fue el de asesor de matemáticas e historia
en el Instituto Veracruzano para la Educación de los Adultos, IVEA.
Fui con la plena idea de superar el temor que tenía de hablar ante
un público. Y más que un problema lo vi como un reto, así como el
de matar dos pájaros de un tiro, ya que cumplí con mi servicio
social en el Tecnológico y superé de cierta manera ese temor. ¿Qué
consecuencias acarrearía esto? Pues nació en mi la satisfacción de
poder ayudar a otros en sus cuestiones académicas, nació el gusto
por dar clases, por ayudarles a comprender lo que se les dificultaba
por cuenta propia.
A partir de ello siempre
he buscado nuevas formas de enseñar, una técnica que me gusta mucho
utilizar son las analogías. Volver algo complejo en algo sencillo, y
explicarlo en términos cotidianos.
Actualmente veo como la
imagen del profesor se ha deteriorado, esto lo sé por comentarios de
amigos y familiares de mayor edad. Ya que puedo platicar con mis
papás sobre la manera en que fueron educados por los abuelos y por
los profesores de antaño. La educación era más rigurosa.
El papel del profesor
ante la sociedad es muy fuerte, ya que el académico debería ser un
factor de cambio para nuestro entorno. Proponiendo siempre normas de
conducta que nos lleven a alcanzar resultados positivos para nuestra
comunidad, nuestra sociedad, nuestra ciudad, nuestro estado, nuestro
país, nuestro mundo. Ser profesor es una gran responsabilidad,
porque en cierta medida contribuimos con la formación de los
ciudadanos que formarán parte de nuestra sociedad. Y que aunque
sabemos que el sistema educativo y administrativo de la educación en
nuestro país es malo, si no tenemos la voluntad de actuar, estaremos
contribuyendo a que tengamos, mayor inseguridad, menos empleo, menos
valores ciudadanos y un país más pobre en cultura, conocimiento y
riqueza intelectual.
A veces obtengo mis
pequeñas victorias cuando me entero de que no les ha ido tan mal a
los muchachos que pasado por mi aula. Y cuando te recuerdan aquellos
consejos que les diste, o cuando fuiste un factor determinante en su
toma de decisiones. Obtengo mis pequeñas victorias cuando un mal
alumno se convierte en buen alumno, cuando aquel estudiante falto de
valores ahora predica buenos valores con el ejemplo y señala a otros
y los invita a practicarlos.
A veces me siento mal cuando
veo con pena en cuanto recae la responsabilidad de los
padres en la educación de sus hijos, y en como se ven afectados emocionalmente. Pero nadie
tiene una varita mágica para componer al mundo. Dirán algunos que
es batalla perdida pero “Nadie comete un error mayor que aquel que
no hace nada porque piensa que solo puede hacer poco”. No creen?